miércoles, 12 de febrero de 2014

Guardias

Estoy escribiendo desde un ordenador que no me permite editar correctamente el texto. Pido perdón de antemano, pues va a salir todo continuado, prácticamente sin forma. Ya lo arreglaré (o no) en casa. A continuación una carta, con destinatario y todo, que me permito compartir con los lectores de este blog. Querida pre-residente de psiquiatría: Así que finalmente te has presentado al MIR y lo has conseguido. Bueno, ya te había dicho que sólo se trataba de confiar en tus capacidades. Me escribes, me preguntas, me entregas con tu carta tu confianza. Casi te veo allí, sentada, con el corazón acelerado, haciendo listas. No poseo el don de la clarividencia (de hecho son pocos dones los que tengo) pero en nombre del afecto que me profesas y dados estos 8 meses que me separan de tu estado actual, voy a tratar de enumerar respuestas o al menos describir circinstancias. De tí, únicamente de tí, debe depender la decisión. Pero eso lo veremos más adelante. La Psiquiatría es una especialidad ambigua, amplia, de límites difusos y con una histora muy corta. Para estudiar Psiquiatría hay que leer mucho, muchísimo. Para ser un buen psiquiatra habría que tener mínimo una buena base de cultura general y saber algo de filosofía. Claro, hablando en términos de laboratorio. Hablando en términos ideales. Aprender que hay escuelas Francesa, Alemana, Americana... que cada quién te venderá la moto según lo haya aprendido... que tienes que leerlo todo y aprenderlo todo... sólo así podrías hacer lo que realmente es bueno para tus pacientes (Cömo podrías tu saberlo? buena pregunta... a 8 meses vista yo creo que es imposible.) Me preguntas ¿Cómo es estudiar Psiquiatría? y haces bien. Porque no es lo mismo estudiar psiquiatría que aprender a ser psiquiatra. Lo primero es divertido, o podría serlo. Estudiar Psiquiatría te deja maravillado, boquiabierto, empequeñecido. Te das cuenta de que no sabes nada y que será difícil que lo sepas. Descubre montones de enfermedades que no sabías que existían (Con un poco de suerte tal vez te plantees si algunas de ellas de verdad deberían ser enfermedades). Descubres fármacos que sirven para todo (O para nada). Descubres que existen muchas muchísimas cosas que desconocías. Estudiar psiquiatría es un tremendo descubrimiento. Aprender a ser psiquiatra? Ya es otro cantar. Para empezar tienes que aprender del sistema. Descubrirás que no es lo mismo ser psiquiatra aquí que en Finlandia (Aunque suena exagerado y podría aplicarse a cualquier especialidad, ninguna como esta.) Te vas a ver de repente metido en un océano en el que no estarás seguro de si remas hacia la orilla o hacia mar adentro. Si aprendes a no ir a la cárcel o a ayudar a la gente. Y qué es ayudar a la gente? Que no escuche voces o que las asuma como parte de sí? (...) Ya me puse complicada. Aprender a ser psiquiatra en esta época no tiene nada que ver con la época clásica. Entonces tenías un Mestro. Eras un pupilo. Seguías ciegamente a tu mentor. Ahora tienes datos de todo tipo. Estudios, multianálisis, Internet... Congresos patrocinados por la Industria y un par de ellos sin patrocinar. Másters, Expertos Universitarios...


Este es el segundo intento de carta. Lo anterior quedó cortado alli porque entré en un colapso nervioso. Voy a dejar la entrada tal cual por respeto a la destinataria, sin embargo, valga agregar que esto es un blog personal y que es una opinión. Ojalá y se animen a escribirle a esta misma pre residente con visiones más optimistas... Queda pendiente una segunda parte. Por cierto, la entrada se titula guardias porque estaba preguardia cuando la escribí...y hoy cuatro dias después, en la misma circunstancia.



Sonido de violines...