jueves, 12 de junio de 2014

Adjuntos

Pasa un año y una nueva camada de residentes se transforma mágicamente de un día para otro en súper adjuntos. Así como yo, que un día soy una R1 que no puedo firmar altas y al siguiente, mágicamente Zas! ya tengo la capacidad para saber cuando un paciente se puede dar de alta y cuando no. Bueno, vale, lo reconozco, esto no es así...te vas transformando con cada guardia en un poquito más sabio. Ganas experticia. Pero la Psiquiatría es muy traicionera. A las 4:00 a.m. no es igual que a las 16:00 p.m.

La entrada esta va de adjuntos. Siempre que salgo de guardia me pongo reflexiva y me inspiro. Hay muchas clasificaciones para los adjuntos, pero en la última guardia me dí cuenta de una muy importante: Hay adjuntos que te ven como a un ser inferior que está aprendiendo. Por aquello de la jerarquía lo de inferior. Asumen que saben más que tú y que tu siempre haces las cosas peor que ellos, que siempre hay algo que corregirte de tu evolución o de tu punto de vista. (Advierto que a mi me gusta debatir, no se trata de mi orgullo hablando porque alguien me corrija. Es una buena forma de aprendizaje, no me molesta ser corregida). Esos adjuntos a menudo son inseguros, y es evidente en los cambios de guardia, donde temen ser expuestos a críticas sobre si se ha dejado o ingresado o no a un paciente. Por eso rara vez hablan. Para eso está el residente, que siempre se equivoca. Los adjuntos que te ven como a un ser inferior, a menudo, casualmente, también piensan que tu tienes que trabajar más que ellos durante la guardia, y por ello desaparecen y demoran un montón en responderte si los llamas o simplemente no vienen. Algunos vienen pero te hacen arrepentirte de haberles llamado. Repito, es simple: Te ven como un ser inferior a ellos que está aprendiendo.

Luego está el otro tipo de adjunto: El que te ve como alguien igual a él que está aprendiendo. Este es el tipo de adjunto maravilloso con el que siempre quieres tener guardia. Te acompaña y si no está allí, te hace sentir que cuentas con él. No actúa como si fuera el dueño de la verdad, porque sabe que no lo es. A veces te pregunta tu opinión y cuando nota que cometes un error te lo hace ver con respeto y te explica por qué. Este tipo de adjunto sabe que le pagan un sueldo mucho mayor que el tuyo, no se olvida de que es el responsable de la guardia. Cuando das el cambio, sabes que está a tu lado, que va a defenderte si alguien empieza a quejarse de los muchos pacientes que dejaste o de ese Trastonazo de personalidad al que no le diste el alta.

 Dentro de este tipo de adjunto y del otro, pueden haber buenos o malos psiquiatras, no tiene nada que ver. Y es que en realidad, ¿Qué podría decirse para definir a un buen psiquiatra? El hecho de pretenderlo ya es erróneo. Creo que incluso escribí una vez sobre eso. Hay que ser culto, leer mucho, estar interesado en la persona que subyace debajo de la enfermedad, no perseguir fantasmas diagnósticos, tener una visión global del paciente y su entorno, pensar en la iatrogenia farmacológica, estar actualizado, ser humilde y reconocer las limitaciones... creo que sobretodas las cosas, querer de verdad hacer el bien al paciente. Tener genuino interés en quién es y respetarle.

 En mi caso que estoy aprendiendo a ser psiquiatra, trato de copiar las cosas que me parecen buenas de cada uno (todos las tienen) y de verme reflejada en las malas para ver si no las repito. (Que también todos tienen). Cuando la guardia se hace con el segundo tipo de adjunto, se convierten en un ejercicio de aprendizaje y se llevan mejor. Todas son estresantes y pesadas, pero cuando sientes que eres parte de un equipo, es difícil poder agradecerlo.

El grito. Munch